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Madrid Fusión 2026 reúne a 17 promesas de la cocina española en la carrera hacia el premio Cocinero Revelación

 

Jóvenes de Alicante, Asturias, Barcelona, Formentera, Guipúzcoa, Menorca, Murcia, Orense y Valencia optan a Cocinero Revelación Gran Premio Balfegó, galardón que se entregará durante el congreso el próximo 28 de enero.

Igual que en ediciones anteriores, el equipo de Madrid Fusión ha vuelto a recorrer el país en busca del nuevo talento en la cocina española. Un trabajo minucioso de rastreo gastronómico que pone el foco en jóvenes promesas: cocineras y cocineros cuya destreza técnica, pasión por el oficio y capacidad para interpretar el futuro de la gastronomía los sitúan como figuras emergentes de enorme proyección.

Estos profesionales representan el patrimonio humano que sostiene la cocina contemporánea española, considerada hoy una de las más influyentes del mundo. Y aunque el nivel general es cada vez más alto, solo uno de ellos pasará a integrar la lista de los 23 galardonados en las ediciones anteriores.

Esta distinción, creada en 2003, y muy codiciada en el panorama culinario nacional, ha servido para impulsar en sus inicios a figuras que hoy son referentes absolutos de nuestra gastronomía. En la galería de premiados aparecen nombres como Dabiz Muñoz, Ricard Camarena, Rodrigo de la Calle, Javi Estévez, Javier Sanz y Juan Sahuquillo o Pedro Aguilera, todos ellos actualmente poseedores de estrellas Michelin y responsables de algunos de los proyectos más influyentes de la cocina española.

Los candidatos a Cocinero Revelación en la próxima edición de Madrid Fusión Alimentos de España son: 

Javier Ochoa y Garikoitz Arruabarrena
Masta Taberna (Zarautz, Guipúzcoa) 

Javier Ochoa y Garikoitz Arruabarrena cocinan sin prisa, fieles a su directriz ‘solo guisar’, lema que define su actitud ante el trabajo. Se les encuentra en Masta Taberna, una casa de comidas tradicional en la que ambos disimulan sus múltiples conocimientos. De sus manos salen recetas suculentas, vestidas de pobre, con alma de alta cocina. Propuestas que se fundamentan en sofritos, fondos reducidos y elaboraciones lentas. Su carta, escueta, que evoluciona a diario, abarca solo ocho especialidades saladas y dos postres. Todo servido en raciones generosas. Platos concebidos para compartir con arreglo a la informalidad que les acompaña. Bastante más de lo que a primera vista aparentan.

Kiko Rocher y Loli Sambal 
Terra (Cullera, Valencia) 

La cocina y los postres de los jóvenes Kiko Rocher y Loli Sambal constituyen un soplo de aire fresco en el ámbito de la “terreta”. Platos de raíz popular fijados a dos conceptos: calidad extrema de los productos y puntos de cocción precisos. Recetas que constituyen un espejo del territorio entre las que figuran platos de familia que ambos -cocinero y pastelera-, interpretan en clave moderna. “Nos inspiran los sabores del entorno, la memoria y el estilo de la cocina de mi padre, propietario del restaurante Casa Rocher, un histórico de las paellas en la albufera valenciana”, afirma Kiko. Lugar presidido por la sencillez, que interpreta la cocina tradicional con una mirada diferente.  

Mauro Rivas, Armando Vidal y Clara Campoamor
Sol Post (Formentera)

Los cocineros Mauro Rivas y Armando Vidal no han dejado de evolucionar a lo largo de su intensa trayectoria. Cocinan en un restaurante de juguete para 12/14 comensales en los bajos del hotel Sol Post en Formentera con un único menú que desde los aperitivos a los postres desvela su sensibilidad y conocimientos técnicos. Su cocina, moderna, mediterránea y de temporada, presupone un viaje por los parajes de la isla. Una suma de propuestas que rescatan productos y desempolvan tradiciones locales. Todo con tanto oficio como sentido estético. El complemento goloso lo aporta Clara Campoamor, jefa de pastelería, que interpreta la naturaleza en clave dulce.

Alejandro Ibáñez 
Bodega Barahonda (Yecla, Murcia) 

Con razones de peso, el cocinero Alejandro Ibáñez puede considerarse un tapado del oficio. Trabaja en el restaurante de la bodega Barahonda en un comedor con vistas panorámicas sobre sus viñedos. Un enclave que conjuga enología, cocina y turismo a partes iguales. Joven profesional, que se inspira en las huertas y en las sierras del altiplano murciano para componer platos de temporada de vocación mediterránea. Recetas que son un reflejo de su sensibilidad y de sus amplios conocimientos forjados en los restaurantes en los que se ha formado. Cocina moderna, imaginativa, repleta de detalles técnicos, donde la cocina y el vino juegan en condiciones parecidas. 

Iñaki Gómez y Lola Palacio  
Alenda (Asturias) 

Iñaki y Lola se encuentran en su mejor momento. Iñaki ha mejorado de forma notable en el transcurso del último año y sorprende con armonías inéditas y propuestas creativas. Lola se desvive en cada servicio para atender a 12 comensales mientras Iñaki compone platos de cercanía, en los que se atisba el paisaje, el mar y las montañas que los rodean. Una fotografía gastronómica de Asturias con una peculiar interpretación de los productos. Todo ello con el respaldo de su huerta, espacio contiguo que les proporciona tesoros de temporada, como los guisantes lágrima Príncipe Alberto. Postres cuidados que superan las expectativas.  

Borja Piñeiro y Elia Pereira 
Restaurante Lado (Muiños, Orense)

Borja Piñeiro y Elia Pereira dejaron su restaurante Lado en la ciudad de Lugo para recalar en el alojamiento rural Casa as Fontes en Muiños, remota aldea de Ourense. Zona a trasmano, vacía, donde la naturaleza no ofrece otra cosa que las verduras de alguna que otra huerta. "Todo lo traemos de fuera", asegura Piñeiro. "Seur Frío es nuestro proveedor cotidiano". Con estos mimbres y el apoyo de su familia se abren camino a diario en un comedor con cuatro mesas para 12 comensales donde sirven un único menú. Cocina moderna, repleta de reflexión y entusiasmo, que apela a las tradiciones gallegas desde una perspectiva contemporánea. 

Rubén Suarez y Aarón Berenguer
Orma (Alicante)

Los jóvenes Rubén Suarez y Aarón Berenguer cocinan con una desenvoltura portentosa. Platos que al hilo de cada temporada recorren sabores del litoral y de la Vega Baja de Alicante con detalles particularmente atractivos. Su oferta discurre a través de dos menús degustación en los que sale a relucir su sentido del aprovechamiento y su capacidad para convertir lo popular en moderno. Técnicos y estilistas revisan la tradición con una naturalidad que emociona. Con la ayuda de Marta Alfaro, sumiller y jefa de sala, gestionan Orma, espacio minimalista de pocas mesas que se ha consolidado en el escaso tiempo transcurrido desde su apertura. 

José María Borrás
Aquiara en Morvedra Nou (Menorca)

José María Borrás es un magnífico cocinero, inquieto, atrevido y con un notable bagaje técnico. Construye la mayor parte de sus platos en complicidad con su jefe de cocina, Jonás García, y la ayuda de los pequeños productores que rodean el agroturismo Morvedra Nou. Si algo define su cocina es su profunda identificación con los sabores de Menorca y cada uno de los ingredientes que llegan a sus cocinas. Los mismos que más tarde traslada a la mesa reseñando su procedencia y nombre de los productores. Platos con un notable sentido estético, en su mayoría surgidos del litoral y del campo menorquín en el que se encuentra. Un trabajo tan prometedor como ilusionante.

Marc Pérez y Tània Doblas
La Sosenga (Barcelona) 

En el minúsculo restaurante que gestionan Marc Pérez y Tània Doblas en el barrio Gótico de Barcelona la palabra cocina cobra un significado diferente. No es para menos. En unos momentos en los que el coste de los ingredientes puja al alza por todas partes, ambos se las ingenian para ofrecer un menú del día de nueve pases, incluidos entrantes y postres, por un precio de 35 euros. Pequeños bocados, tapas y medias raciones, que a intervalos se asoman a recetarios antiguos medievales para rescatar conceptos y salsas. Recetas que respiran con el pálpito de sofritos y de guisos, con recuerdos de familia y hábitos de aprovechamiento. Y también con técnicas modernas que transforman los ingredientes pobres en soluciones propias de un genuino bistró urbano. Lugar semi escondido que merece la pena descubrirse.